Hotel tranquilo en general, rustico pero comodo.
OLA fue mi cabaña, tiene lo basico, pero perfecto para descansar en su terrazita, sobre la hamaca, a jnos pasos de lanplata.
El desayuno se sirve en un restaurante cruzando la calle y durante elnfia , de ahi te sirven en la alberca y playa, no es barato pero es muy rico..
El unico detalle es que tiene a un hotel cerca que pone musica con el volumen muy alto, pero terminan tipo 6-7pm.
La atencion de el alberquero y Eric el encargado, super buen.