Nos hospedamos en este hotel por motivo de una boda, desde que llegamos nos dijeron que el check-in era a las 16:30 hrs, cuando la realidad es que el check-in es a las 15:00 hrs siempre.
El día que teníamos que hacer el check-out desde las 8:30 am estaba tocando la puerta para checar la ocupación de la habitación.
Los edificios son de 4 pisos pero no tienen elevador, por lo que se necesita ayuda de personal de los carritos de golf para que te ayuden a subir maletas.
El día de nuestro check-out solicitamos apoyo y jamás llegaron a ayudarnos con nuestro equipaje, por lo que tuvimos que cargarlo nosotros y trasladarnos hasta el lobby donde nos esperaba nuestro taxi.
Ningún día de nuestra estancia tuvimos suerte de encontrar camastros en el área de alberca, ni en la playa, los gringos acaparan todo desde las 5:00 am y nadie les dice nada, lo mismo con las toallas, no se da una tarjeta de toallas, estas son de uso libre, por lo que si una persona quiere, puede tomar hasta 10.
La comida es muy buena y la atención de los meseros es excelente, es lo único rescatable, de ahí en más, no volvería.
Como la mayoría de los Dreams, su prioridad es atender bien a los extranjeros, esa es su prioridad.