Debo empezar por reconocer que el personal del hotel es amable (como todos los colombianos) y tuvieron el detalle de enseñarme las habitaciones disponibles y dejarme elegir la mejor. Por eso lamento tener que hacer una mala crítica, pero, honradamente, creo que debo hacerla. El hotel dista mucho de ser un tres estrellas. Como mucho, es un Bed&Breakfast pasable (los he conocido mejores). Las habitaciones, mal equipadas (la mía, que era la mejor, no disponía ni de teléfono y la caja fuerte era minúscula); el desayuno, escaso, pobre y repetitivo; la limpieza deja que desear (incluso cacé una cucaracha); las zonas comunes, escasas y más bien cutres; y el hotel, en general, destartalado. Todo esto por una tarifa más cara que el Hilton), me parece un despropósito. Ya sé que los hoteles dentro del recinto histórico de Cartagena son caros, pero todo tiene un límite. En este caso, o emprenden una reforma integral del hotel, o rebajan considerablemente el precio. Francamente, no sé qué le han visto los huéspedes que lo puntúan tan alto.