Con diferencia el peor “hotel” en el que he estado nunca. Para encontrarlo es una odisea. Ni siquiera tiene un cartel o letrero en la puerta, es una casa escondida en un túnel, dentro de un barrio escondido. Al parecer, no tiene carteles en la puerta para evitar pagar impuestos). El taxi no puede entrar hasta el “hotel” y tampoco saben muy bien donde está. Por supuesto en todo ese laberinto de calles hay un montón de chavales intentando pillar todo lo que pueden... ya me entendéis.
Una vez dentro empieza el espectáculo. La plantilla son 2 personas… la jefa y otra chica. Las habitaciones... no sé que han hecho en las fotos pero parecen mucho más grandes. Por supuesto no tienen jabón, ni champú, ni peine, ni pañuelos, ni una botellita de agua, ni nada de nada, todo lo más peladito posible. Ante tanta austeridad… le pregunté a la jefa si en un “hotel” de 4 estrellas no había jabón para lavarse las manos o ducharse y me respondió que sí. Al rato la vemos salir de casa con una bata a comprar el jabón y nos trae un paquete de jabón de las manos del siglo XII para dos habitaciones, eso sí, con aroma a chocolate. Imagínate como te lavas la cabeza y te duchas con el jaboncito de las manos.
La cosa continúa, me voy a duchar y la ducha es un plato empotrado en el suelo. El desagüe no traga y toda el agua que sale inunda el baño y sigue saliendo hasta la mitad de la habitación. Por cierto, nosotros 3 éramos los únicos clientes del hotel. En fin… una auténtica decepción de hotel.