Íbamos con grandes expectativas. El 31 de diciembre hicimos check in al rededor de las 5 pm. La persona amable pero no nos dio información de nada , solo fue pagar y tomar copias de la identificación. Cuándo preguntamos dónde comer nos dijeron que la cocina ya había cerrado y no había opciones ahí por lo que teníamos que salir a comprar algo . Mostré mi molestia y fue cuando nos dieron la opción de prepararnos un sándwich. El señor Martín de la barra, muy amable trató de apaciguar las cosas, nos ofreció unas bebidas y trajo nuestros sándwiches después de un rato. Eso comimos el último días del año.
La unidad y hotel en general descuidados , falta mucho mantenimiento, inversión, pasión por levantar ese lugar. Siguiente día , dos horas sin exagerar para que nos atendieran y sirvieran el desayuno , el cuál “atendió “ el Gerente, el hijo del inversionista , o algo que lo que menos tiene, es calidad en el servicio . Claro que él y sus amigos desayunaron primero , mientras todos los demás esperamos . Finalmente salimos del restaurante y dirigimos a la playa , la cual está sucia y no es nada privada . A la hora de la comida , no sabíamos si salir , si había comida disponible pero encontramos al señor Martín en la barra , siempre con excelente servicio , de verdad que es lo único bueno de ese lugar . Nos atendió y finalmente acabó nuestra estancia breve que no me dejó nada feliz . La comida es muy buena , mejor que en cualquier otro hotel que he ido.