El hotel es tranquilo. Desayuno bufet y también bufet para la cena. Todo muy rico. (la hora de la comida no me coincidió en el hotel, así que no puedo opinar)
Habitación amplia, limpia y tranquila. El hotel es muy grande, pero éramos pocos huéspedes, así que todo emanaba tranquilidad.
El spa está en la planta -1, y factura independientemente del hotel. El spa está muy bien. He probado la piscina y un tratamiento en bañera de hidromasaje. Me han parecido precios muy económicos en todos los tratamientos. Pero la experiencia en la piscina no fue todo lo relajante que esperaba porque no sólo permiten entrar niños y niñas pequeñas (cosa que no entiendo, porque la alta temperatura del agua, así como su indice de mineralización, no puede ser bueno para niños y niñas de corta edad), sino que se les permite actuar como si estuvieran en un parque de atracciones, y la verdad, estar tranquilamente disfrutando de los chorros era misión imposible entre los chillidos de las "criaturas" y las de sus padres o madres, a veces para reñirles por algo, a veces para animarles a saltar desde el borde. Y tenerlos cerca, y tener que estar atenta a que no te cayera alguno encima cuando se tiraban a la bomba, o que te salpicaran cuando se ponían a jugar con los chorros ... era de todo menos relajante.
Por otro lado, el pueblo en sí no tiene mucho interés, pero si sus alrededores, por la cercanía de los ríos Duero y Támega y por la ruta del románico que hay en la zona. Eso sí, lo mejor es ir en coche