La estancia fue perfecta. Esta todo organizado para que uno vaya a realmente descansar. Luego de un viaje de aproximadamente 2 horas en lancha, se llega a una isla que es un verdadero paraiso. Desde el inicio lo reciben a uno con gran calidez y amabilidad. La pieza es muy comoda y muy limpia. Las comidas son muy buenas (incluidos desayuno, almuerzo y cena). La cena es perfecta, y va variando el lugar donde se realiza por distintas partes del hotel, muy bien pensado, todo muy bien arreglado. Pero si hay algo que destacar fuera de todas las maravillas que son este hotel e isla, son las personas que ahí trabajan. Hacen que la estadía sea verdaderamente maravillosa, complementándose perfectamente con el entorno. Es un lugar que hay que conocer y que de todas maneras algún día vamos a volver.