En Alemania la cocina cierra temprano, cuando llegué ya estaba cerrado y la cocina del bar del hotel también; se ofrecieron a hacerme una hamburguesa y unas patatas, a pesar de que incluso una ensalada me valía para cenar.
Buen dominio del inglés (mi alemán es un poco de supervivencia), y buena disposición para entender al viajero.
El entorno que rodea al hotel es precioso, un pueblo tranquilísimo, que parece emerger del bosque que lo rodea.
La iglesia del pueblo toca las campanas a partir de las 7