Fue una agradable sorpresa ver lo bien ubicado que está el hotel, se encuentra a tan sólo unos metros de la estación de Kyoto. Sin embargo, la nota no positiva fue al llegar al hotel, la recepción desprende un fuerte olor a cigarro lo que lo hace un poco desagradable. Llegando a la habitación la sorpresa fue mayor porque el espacio es muy reducido, haciendo muy difícil su uso. Si bien en las fotografías y en la descripción decía que era una habitación para dos con una cama extra (eramos tres personas), más bien la impresión con la que me quedé era de una habitación para una persona con dos camas extras. El uso del baño también es complicado, más siendo si las personas miden más de 1.70 m, además de que salía un olor bastante fuerte. Algo positivo del hotel es el buffet de desayuno que incluye ya que si bien no es muy variado si cuenta con más opciones (tanto japonesas como occidentales) que el promedio de los hoteles japoneses de la categoría. En general me quedé con la impresión de que no obtuve el valor esperado por lo pagado.