Es un tres estrellas y no se le puede pedir mucho, aún así las instalaciones están fenomenal, las habitaciones con decoración muy antigua, estilo castellano que a nosotros nos parece bien, sólo cambiaríamos las camas, demasiado viejas, pequeñas e incómodas y añadiríamos algo más al buffet del desayuno, no hay nada caliente ni variación, todos los días es lo mismo y bastante escaso. Es muy tranquilo y la ubicación es perfecta, si además añadimos que el trato es maravilloso, la experiencia es positiva.