Al llegar al hotel, la recepcionista lo primero que hizo fue pedirnos que abonáramos el importe de la estancia, la mujer no sabía si estaba hecha o no nuestra correspondiente habitación pero aún así nos dio las llaves. Al subir al cuarto, estaba sin hacer, por lo que nos tuvimos que bajar otra vez cargados con todas las maletas.
Al bajar a recepción, se lo dijimos a la señora y nos dijo que dejáramos las maletas ahí, fuimos a meterlas en recepción y cual fue su respuesta: ¡ que allí no, que en el comedor! un sitio que no estaba cerrado, que estaba saliendo gente. ¡Una vergüenza!
Nos fuimos muy indignados con nuestras maletas de nuevo al coche. Nadie nos pidió perdón por las molestias.
Cuando volvimos al hotel, con nuestras maletas de nuevo, subimos a la habitación y no había: ni tele, ni contraseña wifi, el teléfono desenchufado y sin el numero de recepción. Un verdadero desastre.
No recomiendo este hotel a nadie.