A mas de una hora del aeropuerto de schonefeld, el hotel era un antro, pero al menos la habitación estaba bien, aunque parecía que nos habíamos trasladado a los años ochenta por las anticuadas y rudimentarias instalaciones.
Vistas al cementerio, a mi no me supuso un problema, pero algunas personas son más susceptibles a eso y es un detalle a tener en cuenta.
Te dan una sola llave, nada de tarjetas, pero al menos te la guardan en recepción mientras no estás y así evitas perderla.
No hablaban español y algunos ni inglés, un hotel debe tener personal más preparado para recibir turistas que no hablarán su lengua.
El sitio era tranquilo y no había ruidos de la calle, pero las paredes permitían oir hasta los ronquidos de la habitación de al lado.
Hotel pasable para ir sólo a dormir y muy pocos días. Cerca de la estación y de un par de cafeterías y un lydl.
En las fotos se ve mucho mejor de lo que es, da más el perfil de hostal que de hotel.
Recuerdo unas perturbadoras manchas marrones en la almohada que indican que la limpieza tampoco era su fuerte.