La habitación austera (ni un boli, ni una libretita, ni un mapa), pequeña y decoración feucha.El lavabo en la misma línea (lo justo, pero sin secador, ni detalles). El desayuno poco variado y no muy bueno (pan, tanto de molde como de hogaza, gomoso y pasado). La situación, aunque alejada del centro, es cómoda puesto que la línea 4 del tram, con parada en la esquina, te deja en cualquier sitio en 15' o 20'. El personal es muy amable.Había un gimnasio con sauna, aunque no lo usamos.Creo que no da para ser un tres estrellas, aunque por el precio que pagamos era lo correcto.