Llegué pasadas las 12 de la noche y me atendieron bien. Tenía que subir dos plantas y el ascensor no funcionaba, las escaleras eran angostas y las puertas de acceso muy pequeñas y duras. Una vez llegué a la habitación, sentí asco por la moqueta. El colchón era lo peor, al abrir la manta encontré un pelo y la bajera no estaba bien extendida, dudé de si habían cambiado las sábanas por ende. El baño era pequeño, lógico hasta aquí por el precio, el lavabo minúsculo y algo agrietado, la placa ducha tenía una mancha posiblemente de óxido, no se, y la alcachofa de la ducha tenía grandes problemas para sostenerse, en un momento bajó y me golpeó la cabeza, me dolió más en el orgullo que en la propia cabeza. La sala para el desayuno era mucho más acogedora y la señorita que me atendió lo hizo muy bien, variedad limitada pero seguro que cualquiera es capaz de desayunar allí sin problemas. Sinceramente, no repetiría, buscaría alguna alternativa.