El hotel nos ha gustado mucho, tanto por su decoración, las fotos no engañan, como por el personal del hotel, agradable y sin problemas para ayudarnos en cualquier duda que hemos tenido a la hora de movernos por Berlín.
Habitaciones tranquilas y sin apenas ruido, un patio interior muy apañado con unas mesitas fueras.
El desayuno muy abundante, tipo buffet y con mucha variedad de embutidos, yogures, panes, tostadas...
La línea de autobus M48 justo enfrente del hotel y funcionando las 24 horas todo un acierto para poder irte al centro y Alexanderplatz, aunque no está lejos, unos 10 minutos de Potsdamplatz.
Por poner un par de pegas, los cojines/almohadas son muy muy blandos, tuvimos que ingeniarlas parar poder dormir agusto, y las camas de matrimonio en realidad son 2 camas de 90cm juntas, pero por lo demás muy bien, habitación amplia, con un baño generoso y una pequeña entrada.
Dispone de wifi gratuito, servicio de alquiler de bicicletas y un ordenador.
Muy recomendable.