La estancia podría haber sido perfecta, pero en la habitación entraban una especie de mosquitos que eran un incordio. Matamos unos 20 y seguían saliendo, pero no tenían pinta de picar, aunque no fue muy agradable.
Una pena, porque todo lo demás estuvo bien, desde el personal hasta la comodidad de la cama y la amplitud de la habitación. La bañera era de plástico, poco estable.