Gran hotel ubicado a escasos metros (400 m) del casco histórico de Lisboa y de la estación del metro de Avenida (línea azul), asimismo, a unos pasos de la Avenida da Liberdade. La ambientación es como si te transportase al pasado ya que se trata de un hotel de antaño con mobiliario antiguo pero bien adaptado a la actualidad pues cuenta con wifi y conexiones suficientes para tus aparatos electrónicos. Las habitaciones son espaciosas, cómodas y muy limpias al igual que el baño. El personal es atento y muy amable. El desayuno complementario (en caso de contratarlo) es suficiente y tiene de todo (cereales,
fruta, huevos, guisos, leche, jugos, etc). Lo recomiendo ampliamente.