Hospedarnos en el Hotel Augusta fue una gran elección , el personal muy atento en todo momento ,para mi sorpresa el día de mi cumpleaños habían dejado en el cuarto una botella de vino espumoso, 2 copas y pastel. Fue un detalle extraordinario, lo que hizo mi estadía aún más agradable. Sin duda me volvería a hospedar ahí y lo recomiendo ampliamente ,por estar situado en el corazón del centro histórico de Lisboa, a sólo dos cuadras de la plaza de Comercio ,de la Rua Augusta, de extraordinarios Restaurantes!!!