Muy buena habitación cuádruple. Muy grande, cómoda. Si acaso, un ruido que había por la noche, que no lograba identificar, pero con el cansancio, pasaba a un segundo plano. El desayuno fenomenal en la octava planta, con unas magníficas vistas. Nuestro amigo Juan Carlos nos trataba muy bien, muchas gracias!!!