El hospedarnos en el Club Francés fue el punto alto de nuestro viaje a Buenos Aires. La locación es excelente, con muy fácil acceso peatonal a los principales puntos de interés, restaurantes y compras en Recoleta. El edificio e instalaciones son muy elegantes, los cuartos bien amplios y decorados con muy buen gusto, el restaurante ofrece un buen menu de calidad como para escogerlo para cenar sobre otros restaurantes cercanos; el desayuno buffet incluye platos calientes al gusto y muy bien preparados; el bar es elegantísimo. Sin embargo, lo que es insuperable es el equipo humano, desde la gerente, los recepcionistas, los meseros, la recamarera; siempre con una sonrisa y con un sentido de servicio que no es tan común en Argentina. Fue tan grata nuestra experiencia que días después de un viaje a provincia regresamos de nuevo al Club Frances.