Hacía mucho calor en la habitación y la única ventilación que había, al estar en un sótano, era muy débil. Lo único que había era un calefactor/ventilador portátil.
Se oye bastante el ruido de la gente que viene a media noche.
No tiene posibilidad de preparar café o infusión en la habitación.
Es verdad que para ser Suecia el precio es decentillo y está muy cerca del metro.
El desayuno, aunque no es para tirar cohetes, estaba bien.
El wifi no funcionaba.