Hola buenas. Fuimos una amiga y yo a pasar una semana a Roma. Llegamos a la puerta y ahí estaba Mario en la puerta esperándonos, muy amablemente nos explicó todo cómo funcionaba y siempre cualquier duda que teníamos nos la solucionaba y ayudaba. Consta de la recepción, 3 habitaciones y una sala para desayunar. Nuestra habitación estaba perfectamente limpia, cómoda y con su baño propio. Por las mañanas se daba el desayuno,te preguntaban a qué hora más o menos querías tomarlo, e Imelda a la hora deseada te lo servía con mucha variedad (tostas,bollos,zumo, café,yogures,cereales...)y cantidad la que quisieras; pero sobre todo con mucha amabilidad y alegría, fue un placer conocerte. Y lo demás, caminar mucho por las bellas calles de Roma. Cuando vuelva a Roma seguro repetiré. Gracias