Es una casa de huéspedes familiar, muy cómoda y con habitaciones diseñadas al detalle. No sirven comidas ni desayunos, pero recomiendas bares muy cercanos en los que ofrecen un trato especial, cercano y barato. Está a un cuarto de hora andando de Santa María Novella, en una zona que ya no es turística, pero es una zona muy tranquila que permite descansar. Si hace bueno, se puede disfrutar de un patio con terraza, que es espectacular. La habitación disponía de una cama inmensa y un baño quizás un poco pequeño, pero perfectamente dotado y equipado. La limpieza era sobresaliente.