Hotel situado en un entorno natural fantástico. Es un pequeño valle lleno de árboles muchos de ellos más que centenarios y espectaculares, lleno de senderos y caminos peatonales con rutas muy bien señalizadas.
El hotel, antiguo, muy clásico, precioso y muy bien conservado. Ventanales de madera que cierran perfectamente, muebles de la época del edificio, todo en perfecto estado de conservación. Esto puede gustar o no, a mi me ha transportado a otros tiempos y he tenido sensaciones que no me aporta otros edificios modernos. Una palabra: maravilloso y dos últimos comentarios, el hotel no me ha parecido caro, el restaurante de buena calidad pero un poco caro.