Mis únicos dos puntos malos fueron: 1) que había mucho ruido de tránsito, que sé que no es atribuible al hotel, pero podrían instalar vidrios antirruidos y 2) que el buffet del desayuno lo atendían una empleada y otro emplado muy parsimoniosos, que aunque les dijimos, por ejemplo, que faltaba huevo, prefirieron picar más sandía, de la que ya había mucha ya preparada y dispuesta, es decir, hicieron lo que querían y no lo que necesitábamos.