En recepción todos son muy amables, en especial Marco, que su atención es inigualable. Es un hotel que está Justo en la parte de atrás de la basílica de San Pedro. Esta relativamente bien conectado para llegar, solo no todas las líneas o rutas llegan, pero solo esta a 20 min caminando del hotel para llegar a la basílica, y unos 30 min, de los museos del Vaticano. El desayuno es bueno y las habitaciones muy cómodas. Es muy buena relación precio calidad.