En general la habitación ha estado en mucho mejor estado de lo que esperaba, nos sorprendió gratamente. Sí que hay cosas que mejoraría como por ejemplo el olor que había en la habitación, creemos que era del lavabo, olía un poco mal (pero no era un olor demasiado fuerte que fuera insoportable).
Otro punto negativo sería el no tener baño ni ducha en el cuarto, sabíamos que lo ibamos a tener que compartir pero si todas las habitaciones tuvieran baño completo sería un plus.
El check in y check out fué sencillo y fueron muy amables.
La limpieza de todos los espacios era muy buena.
El hotel está situado en pleno centro, muy muy cerca de las líneas de metro morada, verde y naranja que son las principales para moverse por la ciudad. Aunque estuviera en pleno centro no se escuchaba el jaleo de la calle ya que las ventanas aislaban muy bien el sonido.
Lo que más miraría para mejorar sería el olor de la habitación, pero si volvieramos a Viena para un fin de semana nos volveríamos a hospedar en el hotel.