El hotel está en una situación inmejorable, a poca distancia de dos estaciones de metro (Gare de Lyon, a 2 minutos, y Bastilla, a 10), con supermercados en ambas direcciones y numerosos restaurantes y cafeterías en los alrededores. El personal del hotel es amable y atento, y algunos hablan español, lo cual es una ventaja y un alivio para quien no se maneja en otros idiomas. La habitación es pequeña, pero suficiente para dos personas; le hace falta un lavado de cara, sobre todo al aseo que se ve envejecido y a la moqueta un lavado integral ya que al entrar siempre hay un ligero olor a pies. De cualquier forma, volveríamos a este hotel y como nota se lleva un 8.8