Es un riad con muchisimo encanto, pero lo mejor sin duda alguna a pesar de que todo ha sido fantástico, ha sido el trato recibido por parte de los propietarios Tehana y Philippe, asi como de Rashid. El hotel está en una pequeña adlea muy tranquila, y tiene unas comodidades que merece la pena mencionar (Jacuzzi, Hamam, Sauna, terraza solarium..) siendo un hotel pequeñito, está fantástico para disfrutar en pareja, en familia, o con amigos. Es un punto adecuado para visitar la zona, prescindiendo del bullicio del Pueblo Tinghir, y disfrutando del relax que proporcionan las instalaciones, la acogida y el resto de los servicios del Hotel. Nos hemos sentido como en casa ¡¡¡