Un lugar exótico dónde quedarse pero situado en una zona muy peligrosa de la Medina. No tiene acceso con auto y tienes que caminar unos cinco minutos desde donde te deje el auto con tus maletas, en medio de un barrio peligroso, sucio y de calles muy estrechas y rotas. El hotel es manejado prácticamente por un solo hombre que hace de administrador, de botones para llevarte las maletas, de conserje, e incluso sirve el desayuno! Lo único que comimos ahí fue el desayuno y fue de baja calidad. Debo mencionar que la decoración es bonita y exótica pero un poco desgastada y necesita limpieza. Todos los ambientes, salvo la terraza, son oscuros sientes que estás en una penumbra constante. Las escaleras y los pasillos son estrechos y no tienen ventanas. Puede generar un poco de sensación de encierro.