Tuvimos una estupenda experiencia, el riad es precioso y está muy bien cuidado y limpio, instalaciones, detalles, estancias, etc... te sumerge en las mil y una noches. Las habitaciones muy cómodas y espaciosas con todos los detalles árabes. El personal es muy amable y atento, nos solucionó todas nuestras necesidades: cambio de moneda, organización de excursiones (a buen precio y avisándoles la noche anterior, garantía de confianza con los chóferes y guías), necesitamos tiritas y como no tenían fueron a comprarlas en cuanto abrió la farmacia sin cobrárnoslas, nos informaron de los lugares turísticos y de cómo llegar a ellos dándonos mapas y marcándolos,... Todo siempre con una sonrisa y una exquisita educación. La limpieza de las habitaciones fue impecable, incluso nos ordenaban nuestras cosas! cuidaban todo detalle. Los desayunos eran abundantes variando la bollería, tortitas, etc...servían café pero no hubo problema al solicitar el riquísimo té moruno (el mejor que probamos en Marrakech) que preparan en su lugar, sin cargos adicionales. Es un lugar muy tranquilo y relajante. Está algo alejado del centro a pie (con muchas callejuelas donde es fácil perderse) pero los taxis llegan casi hasta la puerta del callejón donde se encuentra y no hay sensación de inseguridad, solo algunos niños que puede que te sigan hasta la puerta pero es algo común allí.