La pensión está muy bien ubicada, al lado del Duomo y está limpia. Nos dieron la habitación número 10, que es muy amplia y da a un patio interior muy silencioso. Las habitaciones que dan a la calle son más ruidosas. El baño es compartido y está en el pasillo, y aunque ya lo sabía, la verdad es que es un rollo.
No me gustaron cuatro cosas, por las cuales no volveré ni puedo recomendarla: Una, no tienen wifi. Dos, cada vez que sales a la calle, tienes que darle la llave a la señora. Tres, no puedes volver más tarde de la 01:00 de la madrugada. Y cuatro, no te guardan las maletas.
Una lástima.