Tenemos que resaltar que el hotel se ubica en un sitio perfecto, y el personal del mismo es EXCELENTE, muy amable y atento. Encantadores!
Lo cierto es que la puntuación negativa se la lleva el hotel en sí, por el hecho de que la cama era muy dura, y la habitación muy justa para el mobiliario que tenía. (Casi no podías pasar por delante de la cama) Pero lo peor es la iglesía que se ubica a unos 7 metros de la puerta del hotel y cuyas campanadas a las 07:00 de la mañana (con repetición pocos minutos después) resultaron bastante molestas, ya que si estás de vacaciones no te levantas tan pronto. (La primera madrugada en el hotel entendimos porqué había tapones para los oídos en la mesita de noche de la habitación).
Eso sí, la decoración es preciosa, la limpieza excelente y tanto el mobiliario como el aparataje funcionaban perfectamente. Lo dicho, muy pintoresco.