El Hotel está muy bien ubicado, con la estación de tren y metro al lado, normalmente siempre suele haber aparcamiento, aunque el hotel ponga que dispone, no es así, aparcas en la calle. El personal del establecimiento es muy agradable y simpático, todos hablan inglés y es fácil de entenderse con ellos. Aunque parece un poco anticuado es bastante cómodo excluyendo el baño, la ducha es súper pequeña y con cortina, lo que hace que se ponga todo hasta arriba de agua, en el aseo no caben 2 personas al mismo tiempo. El desayuno teniendo en cuenta que estaba incluido no voy a poner pegas, con lo único que todos los días ponían lo mismo. La verdad es que por el precio que tiene esta bastante bien con la única salvedad de que si que me gustaría que cambiasen de mujer de la limpieza, ya que los últimos días no hizo la cama, ni nos puso gel y champú y tampoco limpió la habitación, solo nos cambió las toallas y menos mal, porque el último día ni nos puso las pequeñas, solo las de ducha, en esto último si que nos defraudo el servicio, por todo lo demás está bastante aceptable.