Algo feo por fuera, con apariencia de motel de carretera sin reformar. El pasadizo de las habitaciones, gris y sin mucho encanto, no auguraba una agradable estancia pero una vez que abrimos la puerta de la habitación, la impresión cambió.
La habitación estaba reformada, con una cómoda cama de matrimonio (diría que mejor que la de mi casa) y el lavabo, sin bien pequeño, limpio y funcional. La habitación tenía una puerta que daba a un jardín interior. Si bien no había persianas y las cortinas no eran tupidas, una segunda puerta opaca de madera permitía tapar la luz natural.
El desayuno por 7,50€ era muy pobre, recomiendo ir a una cafetería que hay a apenas 200m del hotel.
Por el precio que pagamos y viendo el precio de la competencia, 5/5 calidad-precio. Volvería a ir.