Hotel con mucho potencial, con una ubicación excelente justo al lado de la parada de taxis 4X4 para subir a Sant Maurici. En nuestro caso, nos tocó la habitación 208 que da a la parte de atrás, con vistas a un prado con caballos, por la mañana las nubes bajas cubrían las montañas y el río, que discurre a los pies del hotel, daba aún más encanto si cabe al lugar.
Lamentablemente, la limpieza es muy mejorable: encontramos varios pelos en la almohada, las sábanas y el suelo (saludos a la señora rubia de pelo largo que se alojó antes que nosotros!) y el mantenimiento también: mampara de baño con pegotes de silicona, sanitario que cada vez que te sentabas se movía de sitio, pasillos con desconchones de pintura en la pared...
Es una lástima porque seguramente ha tenido mejores días, creo que el establecimiento podría ser una máquina de hacer dinero pero no creo que eso suceda actualmente.
A ver si, ahora que el hotel está a la venta, alguien lo compra y lo relanza como merece.