Una experiencia maravillosa en general. Hotel pequeño pero muy acogedor, bonito, muy bien ubicado, con todo lo necesario para el viajero y con un trato personal exquisito por parte de los propietarios. Habitaciones amplias, cómodas, bien decoradas con un gusto excepcional y detalles especiales por todos los rincones. Manteniendo el entorno clásico de la época del edificio, el mobiliario es totalmente nuevo, con detalles muy funcionales como una neverita en la habitación, todo lo necesario para prepararse una infusión o café, botella de agua de cortesía, productos de baño de calidad, etc. La cama es amplia y asombrosamente cómoda, lo que garantiza un descanso reparador. La limpieza es admirable y el mantenimiento de las habitaciones es impecable, con todos los elementos en perfectas condiciones, como nuevos.
En general, un hotel perfecto para tener en cuenta si se visita el centro de la ciudad y estar por allí varios días. Repetiré sin duda alguna cada vez que visite Las Palmas.