El apartamento está situado magníficamente, cerca del centro histórico y comercial de Oporto. Además, está al lado mismo de una de las plazas con mayor número de bares y restaurantes (Poveiros).
En cuanto al edificio en sí, no tiene ascensor, por lo que puede resultar molesto subir y bajar con el equipaje si te toca un piso alto. Hay una gran diferencia entre los apartamentos delanteros, con balcón a la calle y los traseros, donde la terraza da a un patio interior muy viejo, húmedo y deteriorado.
En cuanto a equipamiento, la cocina estaba completamente equipada, con vitrocerámica, cafetera, lavavajillas y microondas. Tenía averiado el aire acondicionado y para calentar pusieron un radiador eléctrico. Supongo que de cara al verano, arreglarán el aire. La iluminación era bastante pobre, lo cual sí era molesto porque estábamos en invierno y entraba poca luz del exterior, y por pocas horas.