En este alojamiento destaca la tranquilidad del entorno que favorece el descanso y la desconexión. No obstante, hay que comentar varias cuestiones.
La habitación, básica con vistas a la piscina, cuenta con microondas, frigo pequeño, cafetera y calentador de agua. La cama es cómoda, no así las almohadas. El mobiliario de la terraza, dos sillas y una mesa, estaban lleno de tierra cuando nos entregaron la habitación, la terraza no tiene luz, así que lo de cenar por la noche en la mesita, nada de nada.
Tiene dos piscinas, una muy pequeña y cercana a la zona de las habitaciones básicas, y otra, más grande, en el edificio principal. Esta última, carece de suficientes tumbonas y sombrillas y varias de ellas en mal estado.
El Resort no dispone de restaurante, lo que supone una incomodidad, lo más cerca para desayunar es la Casa Club del campo de Golf (5 minutos en coche). El desayuno buffet es caro y malo, penoso el pan y el café. Mejor se desayuna en la cafetería del supermercado cercano (Apolonia).
El resort está apartado de todo y es necesario coger el coche para cualquier cosa. También es verdad que todo está a 15 minutos aprox.
El aparcamiento del resort, al llegar de cenar por la noche, estaba muy oscuro, podrían colocar dos farolas para que se vea donde pisa una, por lo menos.
Las chicas de recepción fueron agradables, pero ya podían explicar al huésped sobre el resort, donde comer etc., en nuestro caso solo nos dijeron el numero de habitación y el edificio donde estaba.