La habitación era tal y como se podía ver en las fotos, muy luminosa, acogedora, bastante modera y muy bien situado (en apenas 10 minutos se llega al parlamento), todo es nuevo y el baño está reformado. La única pega que le pondría es el hecho de no tener recepción, sin embargo merece la pena ya que los chicos que trabajan allí son muy amables y se aseguran de que todo esté correcto.