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El sitio es viejo y necesita una renovación urgente tanto en diseño como en equipamiento. Las habitaciones no tienen nada, ni siquiera una cafetera. Para una noche tal vez pueda valer pero solo en caso de emergencia. El señor no me pareció amable y no dio expliacaciones de por qué no podía darme una habitación con dos camas en vez de una. Un desayuno que cuesta diez euros y consiste en café recalentado y malo. Un zumo de caja que no sabe ni a zumo, un cruasan seco y si pides una loncha de queso. No dan producto de calidad en una pensión que uno pensaría que harían un esfuerzo por darte un desayuno rico, variado y con productos locales.
María Luisa
Viaje de 1 noche en familia