Hotel céntrico, a 15 minutos a pie de la Fontana di Trevi, en una calle dónde pasan autobuses para ir al Vaticano y a Trastevere.
La atención en el hotel fue excepcional, el hombre que estaba en recepción muy simpático y atento, la chica morena igual de amable y servicial.
Las habitación era amplia y limpia.
Y el desayuno correcto, perfecto para salir desayunados y ponerte en marcha.
Sin duda volvería a repetir!!!
Además la primera noche llegamos cuando la recepción ya estaba cerrada y nos pasaron toda la información al wpp, todo muy bien explicado.