Pasamos tres días en este hotel y ya estamos deseando volver. Es un lugar precioso, en un entorno privilegiado, cercano a todos los sitios interesantes que tiene Sierra de Tramontana.
La finca consta de varios edificios en los que están ubicadas las habitaciones.
Debido a un mal contacto en una de las luces de nuestra habitacion original finalmente nos asignaron otra habitación que estaba en el edificio principal. La habitacion, muy amplia, tenía mucho encanto, un baño grande y una terraza sobre el puente de entrada del camino principal que disfruamos cada noche.
La zona de piscina es extensa y muy relajante, con sus camas balinesas en varias alturas que miraban a la sierra, a la piscina, a la finca... Un lugar perfecto para desconectar.
¿Qué decir de los desayunos? A la carta y hechos en el momento, sin restricciones y sabrosísimos. Hay dos zonas de desayunos; la exterior es muy agradable con pequeñas mesas cercanas al patio de la finca, sobre los campos y la interior, que utilizamos el ultimo día debido a que la tormenta nocturna habia dejado mojada la anterior, que se encuentra acristalada hacia el campo y resulta muy acogedora.
Almorzamos un único día y como todo lo demás resultó fantástico. Tienen una cocina de muy buena calidad y cada plato estaba mas sabroso que el anterior.
El personal tambien es muy agradable y atentos a cualquier necesidad.
En resumen, no podemos estar mas contentos de nuestra eleccion para pasar esos dias en la Sierra. No tardaremos en volver.