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Es uno de los hoteles que más recordaremos en nuestra vida. Hemos viajado mucho en hoteles de este nivel, pero este sitio es excepcional, muy superior, es decir perfecto : por su ubicación con vistas increibles a la muntaña y el canyon, por su diseño y sus habitaciones de ensueño (muebles y accesorios artesanados, gusto exquisito), por sus restaurantes impecables con chefs de primera clase, por su trato al cliente realmente trabajado en el último detalle, y por sus instalaciones que siempre dan una impresión de privacidad, de buenas dimensiones para obtener un lujo discreto y muy exclusivo, con alma. Nos gustó tanto que pensamos volver con amigos, también hay villas con 1, 2 o 3 habitaciones con piscina privada para celebraciones en toda privacidad o total tranquilidad. Un lugar de encanto que vale el esfuerzo del precio.