Según los comentarios que vi me esperaba algo diferente. La zona no es nada buena, diariamente te encuentras con personas con adicciones. El hotel no llega ni al 5, teníamos desayuno incluido y resulta ser una mesita donde ponían alguna cosa pero si no te levantabas pronto te podías quedar sin coger nada. Los recepcionistas son lo Unico pasables, excepto por una, la única que no hablaba nada de español, parecía que la molestaba trabajar, trato desagradable desde el principio y si no preguntas no te explicaba nada. No sabemos mucho inglés pero si hablas despacio al final nos llegamos a entender. La limpieza… que decir, hubo un día que ni limpiaron y nos hicieron la cama por encima. Nos pusieron en una habitación para minusválidos y en el baño no había donde poner nada. Las paredes son de papel, toda una noche se oia como discutía una pareja, por no hablar del metro que sin tapones era imposible dejarlo de escuchar. Por el precio que pagamos vayan a otro hotel, y tal y como está NY mejor hospedarse en Manhattan por seguridad.