Una grata experiencia en este hotel que se encuentra en un bonito edificio a pasos del metro y en una calle muy bonita y elegante, Vía Veneto, donde se encuentra la Embajada de Estados Unidos. La entrada al edificio en la planta baja al lado del restaurante que tiene terraza. Agradable recepción y personal amable. Me guardaron mis maletas en lo que salía a pasear el último día. El cuarto amplio, con decoración sobria, todo limpio. Una gran ventana que da a la Vía Veneto llena de árboles , bonita vista y en general no entra el ruido por las ventanas, únicamente en esos cuartos externos sí se escucha el camión de basura que viene en la madrugada. Cuarto con todo lo necesario. Baño amplio, limpio y nuevo. El desayuno es en el restaurante de la planta baja, y es únicamente café o té, jugo y croissant con mermeladas. Si mejoraran las opciones de desayuno, yougurt, quesos etc sería una opción inmejorable. Lo más maravilloso es la zona donde está, a unos pasos de Plaza Barberini y con el metro a los pies del hotel, de ahí te puedes mover a cualquier lugar, incluso a dos paradas de la estación Termini para ir al aeropuerto. Caminando a 10 minutos está la Fuente de Trevi, y de ahí el Panteón y Plaza Navona. En general una buena experiencia. Volvería a repetir este hotel sin lugar a dudas.