Todo el personal demasiado atento, amable y siempre respetuoso.
El desayuno varia cada día.
Las cenas en el muelle son la mejor opción, un ambiente especial y se puede ver tanto el atardecer como todo lo largo de la costa, la comida deliciosa en buenas porciones, el chef Carlos cocina realmente buen. Los cócteles de Puma así como su atención insuperable.
Las habitaciones limpias, la ubicación del hotel privilegiada y la piscina de buen tamaño, todo el hogar se siente realmente como un hogar.