Alojamiento muy lindo, súper limpio, con entrada autónoma, ubicación excelente, justo en la orilla del Río Duero, cerca de las bodegas de vinos, y las fotos se corresponden a la realidad. Carla es la encargada de mantener el alojamiento perfecto, y desde luego que lo consigue!!!, es muy atenta con los huéspedes y procura que no te falte de nada, toda una profesional. Está en una zona muy chic y nos gustó alojarnos allí antes que en Oporto, para no subir tantas cuestas.
Si se cruza el puente principal ( a unos 7 minutos andando desde el hotel) y se coge el funicular por 2,5€, te sube hasta la parte alta de Oporto y se puede visitar la ciudad bajando por sus calles fácilmente, antes que subir enormes cuestas.
Sin lugar a dudas, cuando regresemos a la ciudad nos alojaremos allí.