El hotel está en las afueras de Stuttgart pero muy bien comunicado (ya sea en tranvía o en metro, se llega al centro en unos veinte minutos). Además de ser muy limpio, nuevo y adecuado, el personal es muy amable y siempre nos orientaron en lo que hiciera falta (en el bar trabaja un cubano muy simpático que nos recomendó, al lado del hotel, un restautrante y cervecería de nombre Sophie's, muy agradable).