La ubicación es muy buena. Muy cerca de la estación de Paddington, con restaurantes alrededor. La zona es tranquila por la noche.
El hotel es antiguo, pero está bastante bien conservado. Tiene ascensor.
Las habitaciones son del tamaño estándar en Londres (pequeñas). Las camas muy cómodas!
En el desayuno ofrecen desayuno inglés (alubias, huevo cocido, tomate y bacon), tostadas con mantequilla y mermelada, cereales, zumo de naranja (de brick) y café o té. Es básico, pero suficiente, y con los precios de Londres, supone un buen ahorro.
El personal es encantador! Desde el primer momento que llegamos, nos sentimos muy bien atendidos.
Si volviese a Londres, repetiría sin dudarlo, si el precio continúase siendo el mismo.